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Carmen López de Bastidas La dama del ron venezolano

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La maestra ronera de Ron Carúpano nos habla de su camino en el universo de los destilados y cómo ha logrado destacarse, tanto nacional como internacionalmente, en la creación de añejos con reconocimiento mundial.

“El ron venezolano es nuestra bandera, es parte de nosotros mismos, donde hay una copa de nuestro ron está representada Venezuela. Es un producto que nos identifica y nos hace quedar bien. Para mí es motivo de orgullo laborar en esta industria y poder hacer algo de lo cual los venezolanos nos sentimos orgullosos. En cualquier rinconcito del mundo conocen Venezuela y conocen Carúpano a través del trabajo que he venido desarrollando durante los últimos 31 años.

Nací en Carúpano, estado Sucre, el 17 de noviembre de 1950. Tengo 71 años. Crecí rodeada de mucho amor, en el seno de una familia grande, éramos 11 hermanos. Estudié mi primaria en varias escuelas de Oriente, en Carúpano, Maturín e Irapa. Y la secundaria la hice en Carúpano y Margarita. Luego me fui a Caracas, para estudiar en la Escuela Industrial de los Chaguaramos y me gradué como Técnico Químico. Inmediatamente comencé a trabajar en diferentes empresas. Posteriormente quise continuar con mis estudios, pero no pude seguir porque me casé y tuve tres hijos (un varón y dos hembras). Entre el trabajo y la familia no tenía  tiempo.

Luego regresé a Carúpano por asuntos de salud de mi hija menor, allí laboré en el Complejo Industrial. En ese entonces un compañero de la oficina me recomendó para trabajar en Destilería Carúpano, eso fue en el año 1990 y desde entonces estoy aquí.

El comienzo de la historia

Llego a Destilería Carúpano para crear el departamento de Control de Calidad. Me fui orientando con varias empresas, y conté con el apoyo de un asesor que era un ingeniero egresado de Industrias Pampero, que me enseñó las fases del ron y cómo realizar algunos análisis. De esta manera fui incrementando las pautas. También aprendí con unas personas de México a quienes les hicimos una maquila para llenar ron. Así fui creando normas, numerando lotes, asesorando al personal sobre cómo debe funcionar un control de calidad desde las líneas de producción, llenado, elaboración, vaciado de barricas, todo llevando una revisión estricta de los procesos y haciendo manuales de procedimiento bajo los conocimientos que yo tenía en ese momento. Eso sembró las bases de un producto de buena calidad.

Desde mi primer año, fui creando fórmulas de productos, allí nació el Ron Añejo Solera Centenaria de 45°, que sacamos en 1992. Además comencé los primeros ensayos para el desarrollo de nuestro Ron Carúpano Legendario, que fue lanzado 20 años después.

Que me nombraran maestra ronera me llegó de manera inesperada. La primera vez fue cuando mi amiga, la periodista Rosanna Di Turi, estaba escribiendo el libro ‘Ron de Venezuela’. Ella me entrevistó y me dijo: ‘Carmen, tú haces todo lo que desarrollan los maestros roneros, tú eres una Maestra Ronera’ y lanzó esa información en una revista que ella dirigía. Inmediatamente Destilaría Carúpano me dio la certificación y luego en el año 2016 Ron de Venezuela decide nombrarme maestra ronera a nivel nacional, junto con todos los otros colegas que estaban frente a las empresas productoras de ron en el país. Yo me siento honrada de pertenecer a este gremio, porque hemos hecho un trabajo por el cual sentimos orgullo y ha logrado que el ron venezolano sea reconocido a nivel global como uno de los mejores del mundo.

La fórmula ganadora

El secreto para crear un buen ron primero, es tener unos ya añejados. En Venezuela nuestra legislación exige que para ser considerado ron, debe tener mínimo dos años de envejecimiento. Eso es un privilegio que no disfrutan otros países, y es garantía de que va a ser de calidad. Sin embargo no nos conformamos con eso, porque combinamos rones de diferentes añadas, de 18 años, de 12 años y así. Particularmente yo mezclo muchísimos rones de acuerdo a las características que vaya presentando y según lo que quiera lograr. A cada uno de los rones del portafolio de Destilería Carúpano le he dado una personalidad distinta para que el consumidor tenga dónde escoger en la marca, con diferentes características en aromas y sabores, unos más atractivos que otros, sin embargo todos los disfrutamos porque son rones que enamoran el paladar. El ron nos enseña, nos cautiva y nos va mostrando sus secretos. Todo lo que pasa en una barrica lo vamos entendiendo, lo que hace el ambiente, el alcohol, el agua, la madera, el tiempo es un aprendizaje que vamos adquiriendo poco a poco y vamos amando, porque es magia lo que ocurre allí. Hacer ron es mágico.

Para Destilería Carúpano he creado 8 rones, Solera Centenaria Carúpano 21 de 45°, que fue mi primera obra, ya salió de comercialización. Aparte, en una oportunidad hice tres rones para México, una maquila, entre los años 93 y 98 más o menos y son productos que todavía los tienen en su portafolio. La marca es Baraima.

Adicionalmente, desde hace dos años pertenezco al Consejo Regulador del Ron de Venezuela, es decir soy parte de las personas que regulan la calidad de los productos y eso para mí ha sido un gran reto además de un compromiso”.

 

Más detalles en la revista digital

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